Puse play y de la nada ¡CABÚM!. No me lo esperaba ni remotamente. El título prometía otra película de amores truncos o de manual de filosofía de goma. Pero no. Es un drama que, si bien dispara (y pega duro), no apunta a la cosa sensiblona-melosa. Es de una directora alemana, Doris Dörrie, y salió en el 2008. No quiero decirles mucho más porque le sacaría la gracia. Si están interesados les recomiendo que la vean.
Para ver:
Trailer: http://www.youtube.com/watch?v=KmdDkE8RGm8&feature=related
BUTOH
La templanza del monje shaolin mezclada con los movimientos espásticos de un perro caniche dan por resultado una de las expresiones más sofocantes que vi. El BUTOH. No podría ser definida como danza, es una mezcla de teatro mudo en el que el actor-bailarín grita con el movimiento extremadamente dramático e intenso de su cuerpo. Como buena persona que un domingo a la tarde cultiva gas metano me dispuse a chusmear de qué se trataba.
Para sorpresa de varios (en los que me incluyo), no se trata de una tradición milenaria japonesa. El butoh recién va por su cumpleaños número 51. Nació en la década del 60 junto a Kazuo Ohno (1906-2010) y (uia qué difícil está escribirlo) Tatsumi Hijikata (1928-1986), obviamente en Japón.
Kazuo Ohno |
El butoh es una expresión descarnada que explora todo tipo de movimientos y contorsiones del cuerpo humano. Su premisa es que cualquiera puede bailar butoh. Vos en tu casa podés bailar butoh. Tu verdulero amigo también. En general se baila desnudo con el cuerpo pintado de blanco, pero no hay reglas estrictas.(Esperemos que el verdulero no se cope.) Puede estar acompañada de música, pero es preferible el silencio como elemento dramático contracturante. La única regla de la danza es que no tenga sentido aparente, que sea improvisada en base a las sensaciones que el bailarín sienta en el momento. No narra una historia. Esta danza performática materializa a través del cuerpo lo inesperado, lo espontáneo. Y hace que los espectadores, al igual que el bailarín-actor, se estremezcan tanto de placer como de horror. (No por nada butoh significa danza de las tinieblas). Por momentos se apropia de la dulzura de las flores del cerezo para instantáneamente mutar en el reptar desgarrador de un animal fantástico. Va de la A a la Z.
Como el arte no sale de un repollo, aunque muchos no lo crean así, no es tan descocado establecer una conexión entre el butoh y los efectos atroces de la II Guerra Mundial en el colectivo de las mentes niponas...
Para ver: